Año: 2005.
País: Japón.
Director: Seiji Mizushima.
Duración: 105 minutos.
Al fin tuve la ocasión de ver el final de la primera temporada de la serie Full Metal Alchemist. Y es que no podía ser más abierto, maldita sea, realmente decepcionaba a todo aquel que deseara ver todas las líneas argumentales atadas, porque multitud de preguntas quedaron sin respuesta, por no decir que se abrieron otros interrogantes. A mí mismo me dejó preocupado, me veía venir una nueva temporada de cerca de cincuenta episodios para finalizarla como es debido. Qué suerte, al final estaba equivocado, una sola película ha bastado para todo eso. Y vaya película, señores. Pero será mejor que vaya paso por paso.
Tengo que añadir que sería un error ver esta película sin tener noción de la serie, porque se pueden perder muchísimos detalles y guiños de gran importancia.
Mmmh... Claro que también debo añadir que, si no has visto la serie, no sigas leyendo.
Dos años han pasado desde que Edward Elric acabara perdido en nuestro propio mundo, en Alemania, antes de la 2ª Guerra Mundial. No solo eso, sino que es el mismo lapso de tiempo que lleva Alphonse buscando a su hermano perdido, por mucho que todos dijeran que éste acabó muerto al tratar de devolverle su propio cuerpo. Ambos han continuado su vida a su manera, buscando la forma de encontrarse para volver a estar juntos. A primera vista, lo más importante parece ser eso, pero luego veremos notables momentos en el guión realmente curiosos. Y es que, nuestro mundo puede llegar a ser tan atractivo como el otro, así como poco diferente.
Lo verdaderamente genial de la película es presentarnos un momento histórico como el de los inicios de la 2ª Guerra Mundial, con el nacimiento de los nazis y el movimiento de Hitler para llegar al poder. Todos estos elementos son secundarios, pero sirven de excusa para que una sociedad de nazis desee llegar a la mítica Shambala, el mundo que hay al otro lado del nuestro, el mundo de nuestros protagonistas, el que pudimos ver en la serie. Así pues, en esta ocasión, nos veremos más identificados en la película porque más de la mitad transcurre en el mundo del que pertenecemos, aunque nos sea mostrado el pasado. De ese modo, el de nuestros protagonistas parece más real, al ser ambos un espejo paralelo de sí mismos.
Por supuesto, Edward Elric no puede permanecer al margen, porque busca desesperadamente la manera de llegar a su mundo natal y el nexo será una adivina gitana, con el poder de ver a través de las mentes, sobre todo cuando su víctima se encuentra dormida. Mientras, Alphonse verá los primeros intentos de traspasar la barrera entre los dos mundos e indagará sobre ello para poder alcanzar a su hermano.
Al suceder dos años después, la película presenta grandes sorpresas para el seguidor de la serie, que podrá reconocer a multitud de personajes secundarios dentro de nuestro propio mundo, donde Edward permanece atrapado. Aparte, es genial el detalle de que sean muy imprevisibles, pues el que era un homónculo malvado en Shambala (el nombre que nosotros le ponemos al otro lado de la puerta) es nuestro mundo una buena persona que, simplemente, desea hacer su sueño realidad. Cosas como esa son las que enriquecen la historia, ante el estupor de Edward, que también se siente confundido y perdido en más de una ocasión.
Otras diferencias serían las de ciencia/alquimia, ambas son armas muy peligrosas si se emplean de un modo, digamos, equivocado.
Por otra parte, los secundarios que pudimos ver en la serie y se encuentran en Shambala, también presentan cambios, pues dos años no es poca cosa y lo ocurrido con los homónculos tampoco es algo fácil de olvidar. Por no hablar del hecho de que crean a Edward muerto y la evolución que ha sufrido Alphonse, el cual, aparte de tener una fuerte amnesia, es uno de los alquimistas más poderosos que existen.
Y os preguntaréis, ¿se atan los argumentos que se dejaron inconclusos en la serie? En efecto, podéis respirar tranquilos, porque veremos qué fue de Gluttony, de la ciudad subterránea, del destino de Envy (que traspasó la puerta y supuestamente debería estar en nuestro mundo), del homónculo que quedó en Shambala (el "hijo" de la profesora de Ed), te dejan más claro qué es y para qué existe la Puerta, una idea aproximada de lo que pueden ser realmente los homónculos (no lo explican, pero llegas a una conclusión debido a ciertas escenas) y, sobre todo, la unión de los dos hermanos protagonistas, tan esperada por el fandom.
Todo en una enorme aventura de grandes proporciones, repleta de momentos intimistas donde los diálogos cobran fuerza y hacen más humanos a los personajes (notable el momento en que Edward dice que en Shambala sienten, lloran, mueren, piensan... igual que en nuestro mundo), escenas de acción tan trepidentes que ponen los pelos de punta, crítica mordaz de nuestra Historia (los nazis, el racismo hacia los gitanos), momentos que arrancan lágrimas de la emoción... Lo vives, puedo asegurarlo, pero para ello debes ver antes la serie.
¿Y la animación? Soberbia, la de la serie ya era buena, pero aquí la perfeccionan, puede que no llegue al nivel de superproducciones como Ghost in the Shell, Akira, Steamboy (es que también sería pedir demasiado)... Pero es perfecta para lo que se cuenta, lo suficientemente espectacular (que no es poco) y además se hace uso del ordenador para ciertos detalles. Si te gustaba el aspecto técnico de la serie, este es igual, solo que mejorado.
Pues eso, esta película es el puente entre la primera temporada y la próxima, el epílogo y el prólogo, el punto de unión de una historia que promete ser más grande. Es curioso, casi como la Puerta, que conecta los dos mundos. Solo me gustaría saber a qué esperan para sacar esta serie y esta película en España, porque la única manera de verlas es por medios poco ortodoxos. Sigh... Si es que no aprenden las distribuidoras. No decepciona.